lunes, 9 de enero de 2012

Los tercios españoles.


Un Tercio Español estaba compuesto por 3.000 hombres, 1.500 lanceros, 1.000 rodeleros y 500 arcabuceros. Los lanceros se situaban en formaciones cuadradas protectoras quedando en el centro los rodeleros, mientras los arcabuceros y la artillería se situaban como fuego de apoyo en otro lugar y la caballería acompañaba a cada regimiento de infantería como arma subordinada. Cada tercio, a su vez, estaba formado por 10 o 12 compañías. En ellos se integraban militares de carrera, voluntarios (que en muchos casos eran segundones de familias nobles) y reclutas integrados por fugitivos de la justicia, bandoleros y míseros. La hacienda Real firmaba un contrato con el capitán de una compañía, responsable de reclutarla y de la paga de esta. Además de españoles se reclutaba a Alemanes, Valones, Italianos, Suizos y Flamencos. Para todos era fundamental la soldada o paga y en su carencia el motín o el saqueo hacían acto de presencia.

sábado, 7 de enero de 2012

La Guerra de Sucesión

La Guerra de Sucesión se produce entre 1701 y 1713 cuando Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.

Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y europea estalló. El conflicto tenía una doble perspectiva:

El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.

Por otro lado, Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.

La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.

La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:

· Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.

· Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.

· Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).

El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.

jueves, 5 de enero de 2012

¿Por qué fue importante la conquista de Granada?

Son múltiples los aspectos que nos muestran la importancia de esta conquista para el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

En lo que se refiere al reino de Castilla, la conquista de Granada ratificó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. La guerra de Granada fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y significó un momento clave en la forja del estado castellano moderno.

Por otro lado, la conquista de Granada fue una contienda en la que participaron, militar y financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses, constituyendo la primera gran empresa común de la nueva monarquía.

En la política internacional, la conquista del último reducto político de Al-Andalus significó asegurar el flanco mediterráneo de la Monarquía ante el empuje turco que en 1480 había atacado Otranto, en el sur de Italia; asimismo, la toma de Granada dejó a los Reyes Católicos las manos libres para encarar con fuerza los otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra.

Finalmente, la guerra y la conquista de Granada —hábilmente explotada por los propagandistas de la corona— sirvió para reforzar el prestigio de los nuevos monarcas. Así, en 1486, en pleno desarrollo de las operaciones militares, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, hacía pública una profecía anónima que aseveraba que Fernando conquistaría no sólo Granada, sino también África hasta Etiopía, Jerusalén, Roma, las tierras de los turcos... hasta constituir un imperio universal.

La guerra, iniciada en 1482, estuvo marcada por el poderío militar cristiano y por las desavenencias internas en el reino musulmán. Tuvo sus principales momentos en las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1486). El sitio final de la ciudad de Granada, de abril de 1491 a enero de 1492, culminó con la rendición final de Boabdil, el último monarca del último reino musulmán de la península ibérica.

miércoles, 4 de enero de 2012

¿Quien fue el conde-duque de Olivares?

El conde-duque de Olivares nace en Roma en 1587 y muere en Toro, Zamora, en 1645. Valido del rey Felipe IV, inicia su carrera eclesiástica estudiando en la Universidad de Salamanca, pero pronto llega la muerte de sus hermanos lo que le convierte en heredero y acompaña a su padre en la corte de Felipe III.

Al heredar su mayorazgo se retira a Sevilla, pero regresa a la corte en 1615 como gentilhombre de cámara del príncipe, cargo con el que se gana la confianza del futuro rey. Cuando accede al trono Felipe IV en 1621, Olivares pasa a controlar la situación y se convierte en una especie de ministro universal del rey. Al principio se dedica a eliminar de la corte a los miembros de las facciones de Lerma y Uceda, y a su vez situando en los puestos clave a sus propios parientes, amigos, clientes y hechuras, al tiempo que acumulaba títulos rentas y propiedades.

El programa político de Olivares está contenido en el Gran Memorial que presento al rey en 1624, en el que consideraba que la autoridad del monarca se estaba deteriorando, y proponía un plan de reformas encaminadas a reforzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba. En su opinión, la eficacia de la maquinaria bélica de la monarquía, sostén de su hegemonía en Europa, dependía de la capacidad para movilizar los recursos de sus reinos, tendiendo a una administración más ejecutiva y centralizada; es lo que se llamó la Unión de Armas. Aquel proyecto de Monarquía más cohesionada y más ejecutiva no llegó a hacerse realidad, por la oposición de los poderes locales representados en las Cortes. Pero ello no hizo desistir a Olivares de su política belicista, encaminada a recuperar el dominio de los Países Bajos y la supremacía sobre Francia.

Sin nuevos recursos financieros, las guerras provocaron un endeudamiento creciente, hasta llegar a la bancarrota de 1627. La Monarquía había perdido las buenas relaciones con Inglaterra, había enfrentado con Francia, y al no prorrogar la Guerra de los Doce Años con Holanda, hubo de afrontar una guerra desastrosa contra Holanda, Inglaterra, Francia y Dinamarca, en el marco del conflicto general europeo de la Guerra de los Treinta Años 1618-1648.

En 1643 Felipe IV prescindió por fin del conde-duque, que se retiro a convalecer de sus achaques en su señorío de Loeches. Incluso entonces, los detractores del antiguo valido siguieron formulando acusaciones contra él hasta que consiguieron que el rey le desterrara más lejos, a la villa de Toro, y que fuera procesado por la Inquisición.

Monasterio de El Escorial y Felipe II

Felipe II de Austria, llamado el Prudente, nació en Valladolid en 1527, y murió en San Lorenzo de El Escorial el 13 de Septiembre de 1598, siendo Rey de España desde Enero de 1566 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves desde 1580.
También Rey de Inglaterra por su matrimonio con María I.

Con el apogeo de los arquitectos españoles, entre los que destacan Juan de Herrera, Juanelo Turriano, Francisco de Mora o Juan Bautisto de Toledo, que tiene como resultado la aparición de un nuevo estilo, bautizad posteriormente como estilo herreriano.
Construyeron edificios religiosos y mortuorios como el Monasterio de El Escorial o la Catedral de Valladolid.


El Real Sitio de San Lorezo de El Escorial es un complejo de palacio, basílica y monasterio. Es comúnmente conocido como Monasterio de El Escorial, y fue residencia de la Familia Real Española.

Fue ideado en la segunda mitad del Siglo XVI por el Rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque también intervinieron Juan de Herrera, Juan de Mijares, Giovanni Battista Castello y Francisco de Mora.

El Monasterio de El Escorial fue promovido por Felipe II, entre otras razones, para conmemorar su victoria en la Batalla de San Quitín, el 10 de Agosto de 1557.
El edificio surge por la necesidad de crear un monasterio que asegurase el culto en torno a un panteón familiar de nueva creación, para dar cumplimiento al testamento de Carlos V. El emperador quiso enterrarse con su esposa Isabel de Portugal.
Otras razones para fundar el Monasterio de El Escorial, fueron la celebración de la primera victoria de Felipe II como rey, la veneración al mártir español San Lorenzo, o la necesidad de crear un centro unificador de la Nueva Fe que surgía del Concilio de Trento.

El Palacio de Felipe II es una de las secciones de este Monasterio de El Escorial, y esta formado por una serie de estancias decoradas con austeridad, siendo el lugar de residencia del Rey Felipe II. Está situada junto al altar mayor de la Basílica, cuenta con una ventana que le permitía al Rey seguir la misa desde la cama cuando estaba imposibilitado a causa de la gota que padecía.

martes, 3 de enero de 2012

LAS MURALLAS MEDIEVALES

Pese a lo que la gente pueda pensar, las murallas no solamente servían para defender la ciudad, como una barrera defensiva que permitía que los ataques de otros ejércitos o de pequeños grupos de  personas no llegaran a tener éxito. Las murallas se convirtieron en una barrera fiscal, que permitía un mayor control del tráfico de mercancías que entraban a la ciudad. Pero poco a poco, fueron creciendo barrios de extramuros, normalmente formados por población agraria, mercantil, artesana, como en la ciudad de Plasencia. Estos barrios de extramuros o arrabales cada vez tenían más importancia, y algunos de ellos se integraban dentro del marco de la ciudad, aunque la mayoría estaban exentos de impuestos, por que incluso se celebraran ferias mercantiles fuera de la muralla, lo que supuso una disminución del control fiscal ejercido en las puertas. Esto causó un gran problema para la recaudación de impuestos y en algunos casos, tuvieron que ampliarla.


En ciudades con pasado andalusí, los arrabales procedían, a veces, de aquella época, como sucedía con el de Toledo, al Norte de la ciudad, con su propia muralla y puerta.

La mayoría de estos arrabales surgieron con el crecimiento poblacional experimentado a partir del siglo XV, lo que dividió a las clases sociales dentro de la ciudad. En los barrios de intramuros se localizaban las personas con mayor poder económico y social, como son el obispo, caballeros, clérigos, etc.

Las murallas también servían para algo fundamental como es el control de enfermedades, como la peste. Así, si había amenaza o alerta de peste, se cerraban las puertas de la ciudad para que no pudieran pasar aquellas personas infectadas por esa enfermedad, lo que permitía que los habitantes de intramuros estuvieran mucho más seguros, aunque esto planteaba un gran problema: mientras las puertas estuvieran cerradas, gran parte de los negocios de la ciudad acabarían por disiparse, ya que el tráfico de mercancías que absorbía la propia ciudad, se vería frenado.

lunes, 2 de enero de 2012

Información sobre la nobleza en la España del Antiguo Régimen


La nobleza es una condición heredada, vinculada a la actividad guerrera, sobre todo de época medieval dadas las disputas entre cristianos y musulmanes, así se desarrollaron importantes linajes que de esta actividad bélica harán su fortuna. De esta forma se empezaron a formar grandes latifundios administrados bajo un régimen señorial. Solo los descendientes del linaje podían tener honor y privilegios (nobleza vieja). El rey puede nombrar nuevos nobles por distintas razones (nobleza nueva), por tanto la monarquía será generadora de nobleza. Los nobles toman protagonismo al servicio del monarca a nivel estatal (por medio de las cortes) y a nivel territorial y local (en el gobierno de las ciudades y pueblos). La nobleza evoluciona de su origen guerrero a una nobleza al servicio del Estado (con competencias administrativas y de gobierno). Los nobles mantienen e incluso aumentan sus privilegios.


La división de la nobleza siguiendo el modelo castellano, situaría a la aristocracia como los altos nobles, las familias más poderosas del reino, con grandes títulos y honores, extensas tierras y estados señoriales, serían los duques (y algún marqués o conde). Les siguen los títulos, que podrían ser marqueses o condes, mismas características de los aristócratas pero con menos honores. Siguen los caballeros, que sin título todavía gozan de una desahogada situación económica, algunos pertenecientes a órdenes militares, y por ello reconocidos socialmente. Muy numerosos los hidalgos, con posibles dificultades económicas, la monarquía borbónica del siglo XVIII redujo en gran parte el número de hidalgos.

Los grandes nobles ocuparon altos puestos de gobierno y de representación del Estado. Virreinatos, embajadas, gobernaciones, capitanías generales, consejo de Estado u otros consejos de la Monarquía. Existía una relación de intereses entre los monarcas y la nobleza. Toman importancia los validos en los gobiernos de Felipe III y Felipe IV y Carlos II.

A veces la aristocracia ejercía su poder por encima de la capacidad de acción de la burocracia real, el poder político se fundamentaba también en las obligaciones implicadas por el parentesco, la amistad y el patronazgo.