martes, 24 de enero de 2012

Guerra de la Independencia de Cuba


La Guerra de Independencia comenzó el 24 Febrero 1895, bajo la dirección intelectual del escritor y filósofo José Martí, quien es considerado por todos los cubanos como Padre de la Patria. Martí dio la orden de empezar la revolución en esa fecha, y esta comenzó simultáneamente en cuatro lugares - en Bayate, bajo Bartolomé Masó; en Ibarra, bajo Juan Gualberto Gómezy Antonio López Coloma; en Baire, con los hermanos Saturnino y Mariano Lora; y enGuantánamo, con Periquito Pérez, Emilio Giró y otros. La fecha del 24 de Febrero es conmemorada en Cuba como fiesta nacional bajo el nombre de "Grito de Baire".

Lamentablemente, Martí, que tenia anhelo de participar activamente en el conflicto, fue matado el 19 Mayo 1895 cerca del pueblo de Dos Ríos en Oriente, cuando su grupo fue sorprendido por una columna de soldados españoles al mando del Coronel Jiménez de Sandoval.

El 13 Septiembre 1895 una Asamblea formada por delegados de los cinco cuerpos que formaban el Ejercito Libertador se reunió en Jimaguayú y eligió a Salvador Cisneros Betancourt como Presidente de la República, Bartolomé Masó como Vicepresidente, Máximo Gómez como Generalísimo, Antonio Maceo como Lugarteniente y Tomás Estrada Palma como representante diplomático en los Estados Unidos.

Máximo Gómez, un brillante líder militar, organizó varias campañas altamente exitosas, incluyendo la Campaña Circular alrededor de Camagüey, y la Invasión de Oriente a Occidente de la isla completa, todo en el corto periodo del 8 Noviembre 1895 al 22 Enero 1896. La acción mas sobresaliente fue su victoria sobre el General español Martínez Cámpos en el pueblo de Coliseo.

La reacción del gobierno español fue el reemplazo de Martínez Cámpos por el General Valeriano Weyler y el aumento de tropas en la isla, que llegaron a sumar a 180,000. Weyler ordenó que todos los habitantes de zonas rurales se recluyeran en las ciudades y declaró que todos los que se encontraran en el campo se considerarían insurrectos. Esta cruel "reconcentracion" tuvo efectos devastadores para la economía de la isla. Al mismo tiempo, la fiebre amarilla continuaba tomando como víctimas a decenas de miles de soldados españoles en la isla. Por esta época, el Senado y el Congreso de los Estados Unidos ambos hicieron resoluciones separadas reconociendo la Revolución Cubana.

En Septiembre 1897, tomó lugar una convención constitucional en La Yaya, donde se eligió un nuevo gobierno revolucionario. El General Bartolomé Masó fue elegido como Presidente y Domingo Méndez Capote Vicepresidente. Durante este año, las tensiones entre los Estados Unidos y España aumentaron marcadamente. España finalmente removió al General Weyler y concedió a Cuba autonomía en asuntos domésticos en 1897. Estas reformas llegaron demasiado tarde y no fueron aceptadas por el Gobierno de Cuba en Armas. Debido a la situación inestable, el Cónsul de Estados Unidos en La Habana, Fitzhugh Lee, aconsejó al Presidente McKinley que mandara unidades de la marina de guerra a los puertos de Cuba. Siguiendo este consejo, el acorazado estadounidense Maine fue mandado al puerto de la Habana. En la noche del 15 Febrero 1898, una tremenda explosión destruyo completamente al barco, matando a 2 oficiales y 264 marineros.

El 25 de Abril 1898, como resultado de presiones de opinión pública en los Estados Unidos siguiendo la explosión del Maine, los Estados Unidos declararon la guerra a España. Los Estados Unidos invadieron con tropas a Cuba el 20 de Junio 1898. Después de hundir la flota Española en las afueras de Santiago de Cuba y de varias batallas en los alrededores de Santiago de Cuba (ayudados por tropas cubanas bajo el General Calixto García), y también en Puerto Rico y las Filipinas, España entró en negociaciones de paz. El 16 de Julio 1898 España firmó un tratado de paz en Santiago de Cuba. Esto fueseguido de un tratado formal firmado en París el de 10 Diciembre 1898, que terminó la dominación Española de Cuba. Es de notar que la duración total de la guerra Hispano-Americana fuede solo 3 meses.

El 1 de Enero 1899 España formalmente pasó el gobierno de Cuba a los Estados Unidos. Una Convención Constitucional se reunió el 5 de Noviembre 1900 y esto fue seguido de elecciones el 31 de Diciembre 1901. Los Estados Unidos pasaron el gobierno de Cuba al gobierno electo de Cuba el 20 de Mayo 1902. La fecha del 20 de Mayo se celebra en Cuba como el Día de la República.

Fuente: Libro Historia de 2º Bachillerato

domingo, 22 de enero de 2012

LA IGLESIA EN LA ÉPOCA MEDIEVAL. ORDENACIÓN URBANA

La geografía eclesiástica de cada diócesis y la tipología de templos y edificios se ha estudiado de manera desigual. Hubo en todas ellas políticas de instrucción, actitudes sociales de apoyo y épocas diversas en la tarea de restauración y equipamiento religioso. Los establecimientos eclesiásticos se convirtieron en elemento muy destacado del paisaje y de la sociedad urbana, todos ellos integrados en el perfil de la ciudad y modificándolo a medida que se alzaban, entre los siglos XI y XV.

Las grandes catedrales son memoria viva de las ciudades medievales. Lo son tanto en su dimensión monumental y artística como en la documental, gracias a la riqueza de sus archivos. Y algo semejante sucede con los templos parroquiales, cuyo número y características difieren mucho de unas a otras ciudades. Las edificaciones religiosas dominaban con su mayor altura el paisaje urbano, y en los monumentos y topónimos religiosos descansaba una parte sustancial de la identidad ciudadana pues eran uno de sus elementos de prestigio y orgullo cívico. Los nexos que esto creaba entre ciudad e iglesia eran fortísimos porque se referían a aspectos que surgían de la vida cotidiana para penetrar directamente en la conciencia colectiva.

También tuvieron importancia e influjo social los conventos, cada vez más numerosos, en la reordenación del espacio y de las funciones urbanas: el apogeo de la llamada "ciudad conventual" ocurrió en Castilla durante el siglo XVII, y fue consecuencia de una evolución iniciada cuatro siglos antes.

Pocas veces se mantuvieron centros religiosos o monásticos procedentes de tiempos anteriores, como sucedió con San Vicente de Valencia, símbolo de la continuidad del cristianismo entre la época hispano-goda y mozárabe y la que comenzó en 1238. Hubo también algunos conventos urbanos cistercienses y de Órdenes Militares, casi todos de sus ramas femeninas, que nacieron para potenciar y dar cauce a las expresiones de religiosidad urbana desde el siglo XIII: franciscanos y dominicos, y en la Corona de Aragón, carmelitas. También, las órdenes de trinitarios y mercedarios.

miércoles, 11 de enero de 2012

Califas de Córdoba: Abderramán III

El Califa Abderramán III fue uno de los gobernantes más importantes de la historia de la Humanidad.
Fue un hombre de acusados rasgos de personalidad; brillante, astuto, culto, violento, cruel... una combinación de características que hizo de él uno de los hombres más poderosos de la Edad Media occidental.

La infancia de Abd al-Rahman estuvo marcado por la violencia y las intrigas de palacio.

Cuando asumió el cargo de Emir de Córdoba, el Emirato de Al-Andalus era más nominal que real.
Durante los primeros años de su gobierno se dedicó a sofocar todas las rebeldías y a unificar los territorios andalusíes bajo su mando. Quizás sus logros más importantes fueron la sumisión de Toledo y la derrota de Omar al Hafsún, verdadero señor de gran parte de la Andalucía Oriental.

Uno de los rasgos que marcan el emirato de Abderramán III, es la lucha que ha de desplegar en varios frentes:
- Contra Umar Ibn Hafsún y la coalición de muladíes y mozárabes que le siguen.
- Contra los líderes territoriales que se desvinculan de la soberanía ejercida por el Emir de Córdoba.
- Contra los reinos cristianos del Norte.
- Contra los fatimíes del Norte de África.
Estos conflictos se sucederán al menos, hasta la creación del Reino de Granada.

Con buena parte de Al-Andalus sometidos, tras las exitosas y rentables victorias hechas a los cristianos y tras los éxitos cosechados entre 924 y 927 en el Norte de África frente a los fatimíes, Abderramán III y sus colaboradores decidieron dar un paso más, a fin de consolidar su posición. La proclamación como Califa, rompiendo así con el califato abbasida y contrarrestando el califa fatimí con el que pugnaba en el Norte de África.

El comienzo de una nueva era; el régimen del valido. El Duque de Lerma

Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, más conocido como Francisco de Sandoval y Rojas (Tordesillas, 1553 - Valladolid, 17 de Mayo de 1625). I Duque de Lerma desde 1599, primer ministro y valido de Felipe III.
Don Francisco nació en Tordesillas, siendo educado en la corte de Felipe II. Su abuelo materno fue Francisco de Borja. Pertenecía a una familia con tradición en el cargo de Adelantado de Castilla desde 1412.
Fue el hombre más poderoso del reinado de Felipe III. Se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico de influencias, la corrupción y la venta de cargos públicos.
Por otra parte, fue un verdadero mecenas en la ciudad de Lerma en Burgos, dónde empleó gran parte de su fortuna en engrandecerla y embellecerla contratando a los más sobresalientes arquitectos y utilizando los mejores materiales.


A través de su cargo de ministro del Rey se convirtió en el hombre más cercano y de mayor confianza del monarca, consiguiendo incluso que se trasladase la Corte de Madrid a Valladolid en 1601. El Duque efectuó una perfecta operación inmobiliaria seis meses antes del traslado, comprando propiedades e invirtiendo en su propio beneficio.
Algunas de estas propiedades, como la Huerta de la Ribera, se la vendió posteriormente al Rey, pocos meses antes del regreso de la corte a Madrid.
Compró también un palacio a Don Francisco de los Cobos, edificio que vendió al año siguiente también al Rey y que fue convertido en Palacio Real.


El regreso de la corte de Felipe III a Madrid en 1606, se hace también por la influencia y los consejos del Duque de Lerma. Se piensa que este regreso estaba preparado de antemano y que el Duque nunca tuvo la intención de abandonar por completo Madrid. 
Se sabe por la existencia de documentos firmados por el Duque y el alcalde de Madrid.

lunes, 9 de enero de 2012

Los validos



Los últimos Austrias, llamados también Austrias menores, Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1664) y Carlos II (1665-1700) optaron por el distanciamiento de la monarquía de los asuntos de gobierno, delegando el poder en los validos o privados. El valido era un cargo político no institucionalizado equivalente a un primer ministro, pues al nuevo puesto le correspondía la supervisión de los Consejos, el control de los documentos escritos del gobierno, aconsejar al monarca y ejercer en su nombre el patronazgo. La proximidad al rey y su amistad avalaban su autoridad, y su posición social era sólida porque procedía de la alta nobleza. Se iniciaba pues un régimen que implicaba la pujanza de la aristocracia, hasta entonces relegada a un segundo plano en el terreno político.

Los tercios españoles.


Un Tercio Español estaba compuesto por 3.000 hombres, 1.500 lanceros, 1.000 rodeleros y 500 arcabuceros. Los lanceros se situaban en formaciones cuadradas protectoras quedando en el centro los rodeleros, mientras los arcabuceros y la artillería se situaban como fuego de apoyo en otro lugar y la caballería acompañaba a cada regimiento de infantería como arma subordinada. Cada tercio, a su vez, estaba formado por 10 o 12 compañías. En ellos se integraban militares de carrera, voluntarios (que en muchos casos eran segundones de familias nobles) y reclutas integrados por fugitivos de la justicia, bandoleros y míseros. La hacienda Real firmaba un contrato con el capitán de una compañía, responsable de reclutarla y de la paga de esta. Además de españoles se reclutaba a Alemanes, Valones, Italianos, Suizos y Flamencos. Para todos era fundamental la soldada o paga y en su carencia el motín o el saqueo hacían acto de presencia.

sábado, 7 de enero de 2012

La Guerra de Sucesión

La Guerra de Sucesión se produce entre 1701 y 1713 cuando Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.

Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y europea estalló. El conflicto tenía una doble perspectiva:

El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.

Por otro lado, Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.

La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.

La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:

· Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.

· Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.

· Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).

El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.