martes, 24 de enero de 2012
Guerra de la Independencia de Cuba
domingo, 22 de enero de 2012
LA IGLESIA EN LA ÉPOCA MEDIEVAL. ORDENACIÓN URBANA
Las grandes catedrales son memoria viva de las ciudades medievales. Lo son tanto en su dimensión monumental y artística como en la documental, gracias a la riqueza de sus archivos. Y algo semejante sucede con los templos parroquiales, cuyo número y características difieren mucho de unas a otras ciudades. Las edificaciones religiosas dominaban con su mayor altura el paisaje urbano, y en los monumentos y topónimos religiosos descansaba una parte sustancial de la identidad ciudadana pues eran uno de sus elementos de prestigio y orgullo cívico. Los nexos que esto creaba entre ciudad e iglesia eran fortísimos porque se referían a aspectos que surgían de la vida cotidiana para penetrar directamente en la conciencia colectiva.
También tuvieron importancia e influjo social los conventos, cada vez más numerosos, en la reordenación del espacio y de las funciones urbanas: el apogeo de la llamada "ciudad conventual" ocurrió en Castilla durante el siglo XVII, y fue consecuencia de una evolución iniciada cuatro siglos antes.
Pocas veces se mantuvieron centros religiosos o monásticos procedentes de tiempos anteriores, como sucedió con San Vicente de Valencia, símbolo de la continuidad del cristianismo entre la época hispano-goda y mozárabe y la que comenzó en 1238. Hubo también algunos conventos urbanos cistercienses y de Órdenes Militares, casi todos de sus ramas femeninas, que nacieron para potenciar y dar cauce a las expresiones de religiosidad urbana desde el siglo XIII: franciscanos y dominicos, y en la Corona de Aragón, carmelitas. También, las órdenes de trinitarios y mercedarios.
miércoles, 11 de enero de 2012
Califas de Córdoba: Abderramán III
Fue un hombre de acusados rasgos de personalidad; brillante, astuto, culto, violento, cruel... una combinación de características que hizo de él uno de los hombres más poderosos de la Edad Media occidental.
La infancia de Abd al-Rahman estuvo marcado por la violencia y las intrigas de palacio.
Cuando asumió el cargo de Emir de Córdoba, el Emirato de Al-Andalus era más nominal que real.
Durante los primeros años de su gobierno se dedicó a sofocar todas las rebeldías y a unificar los territorios andalusíes bajo su mando. Quizás sus logros más importantes fueron la sumisión de Toledo y la derrota de Omar al Hafsún, verdadero señor de gran parte de la Andalucía Oriental.
Uno de los rasgos que marcan el emirato de Abderramán III, es la lucha que ha de desplegar en varios frentes:
- Contra Umar Ibn Hafsún y la coalición de muladíes y mozárabes que le siguen.
- Contra los líderes territoriales que se desvinculan de la soberanía ejercida por el Emir de Córdoba.
- Contra los reinos cristianos del Norte.
- Contra los fatimíes del Norte de África.
Estos conflictos se sucederán al menos, hasta la creación del Reino de Granada.
Con buena parte de Al-Andalus sometidos, tras las exitosas y rentables victorias hechas a los cristianos y tras los éxitos cosechados entre 924 y 927 en el Norte de África frente a los fatimíes, Abderramán III y sus colaboradores decidieron dar un paso más, a fin de consolidar su posición. La proclamación como Califa, rompiendo así con el califato abbasida y contrarrestando el califa fatimí con el que pugnaba en el Norte de África.
El comienzo de una nueva era; el régimen del valido. El Duque de Lerma
Don Francisco nació en Tordesillas, siendo educado en la corte de Felipe II. Su abuelo materno fue Francisco de Borja. Pertenecía a una familia con tradición en el cargo de Adelantado de Castilla desde 1412.
Fue el hombre más poderoso del reinado de Felipe III. Se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico de influencias, la corrupción y la venta de cargos públicos.
Por otra parte, fue un verdadero mecenas en la ciudad de Lerma en Burgos, dónde empleó gran parte de su fortuna en engrandecerla y embellecerla contratando a los más sobresalientes arquitectos y utilizando los mejores materiales.
A través de su cargo de ministro del Rey se convirtió en el hombre más cercano y de mayor confianza del monarca, consiguiendo incluso que se trasladase la Corte de Madrid a Valladolid en 1601. El Duque efectuó una perfecta operación inmobiliaria seis meses antes del traslado, comprando propiedades e invirtiendo en su propio beneficio.
Algunas de estas propiedades, como la Huerta de la Ribera, se la vendió posteriormente al Rey, pocos meses antes del regreso de la corte a Madrid.
Compró también un palacio a Don Francisco de los Cobos, edificio que vendió al año siguiente también al Rey y que fue convertido en Palacio Real.
El regreso de la corte de Felipe III a Madrid en 1606, se hace también por la influencia y los consejos del Duque de Lerma. Se piensa que este regreso estaba preparado de antemano y que el Duque nunca tuvo la intención de abandonar por completo Madrid.
Se sabe por la existencia de documentos firmados por el Duque y el alcalde de Madrid.
lunes, 9 de enero de 2012
Los validos
Los últimos Austrias, llamados también Austrias menores, Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1664) y Carlos II (1665-1700) optaron por el distanciamiento de la monarquía de los asuntos de gobierno, delegando el poder en los validos o privados. El valido era un cargo político no institucionalizado equivalente a un primer ministro, pues al nuevo puesto le correspondía la supervisión de los Consejos, el control de los documentos escritos del gobierno, aconsejar al monarca y ejercer en su nombre el patronazgo. La proximidad al rey y su amistad avalaban su autoridad, y su posición social era sólida porque procedía de la alta nobleza. Se iniciaba pues un régimen que implicaba la pujanza de la aristocracia, hasta entonces relegada a un segundo plano en el terreno político.
Los tercios españoles.
Un Tercio Español estaba compuesto por 3.000 hombres, 1.500 lanceros, 1.000 rodeleros y 500 arcabuceros. Los lanceros se situaban en formaciones cuadradas protectoras quedando en el centro los rodeleros, mientras los arcabuceros y la artillería se situaban como fuego de apoyo en otro lugar y la caballería acompañaba a cada regimiento de infantería como arma subordinada. Cada tercio, a su vez, estaba formado por 10 o 12 compañías. En ellos se integraban militares de carrera, voluntarios (que en muchos casos eran segundones de familias nobles) y reclutas integrados por fugitivos de la justicia, bandoleros y míseros. La hacienda Real firmaba un contrato con el capitán de una compañía, responsable de reclutarla y de la paga de esta. Además de españoles se reclutaba a Alemanes, Valones, Italianos, Suizos y Flamencos. Para todos era fundamental la soldada o paga y en su carencia el motín o el saqueo hacían acto de presencia.
sábado, 7 de enero de 2012
La Guerra de Sucesión
Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y europea estalló. El conflicto tenía una doble perspectiva:
El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.
Por otro lado, Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:
· Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.
· Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.
· Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).
El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.
jueves, 5 de enero de 2012
¿Por qué fue importante la conquista de Granada?
Son múltiples los aspectos que nos muestran la importancia de esta conquista para el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
En lo que se refiere al reino de Castilla, la conquista de Granada ratificó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. La guerra de Granada fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y significó un momento clave en la forja del estado castellano moderno.
Por otro lado, la conquista de Granada fue una contienda en la que participaron, militar y financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses, constituyendo la primera gran empresa común de la nueva monarquía.
En la política internacional, la conquista del último reducto político de Al-Andalus significó asegurar el flanco mediterráneo de la Monarquía ante el empuje turco que en 1480 había atacado Otranto, en el sur de Italia; asimismo, la toma de Granada dejó a los Reyes Católicos las manos libres para encarar con fuerza los otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra.
Finalmente, la guerra y la conquista de Granada —hábilmente explotada por los propagandistas de la corona— sirvió para reforzar el prestigio de los nuevos monarcas. Así, en 1486, en pleno desarrollo de las operaciones militares, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, hacía pública una profecía anónima que aseveraba que Fernando conquistaría no sólo Granada, sino también África hasta Etiopía, Jerusalén, Roma, las tierras de los turcos... hasta constituir un imperio universal.
La guerra, iniciada en 1482, estuvo marcada por el poderío militar cristiano y por las desavenencias internas en el reino musulmán. Tuvo sus principales momentos en las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1486). El sitio final de la ciudad de Granada, de abril de 1491 a enero de 1492, culminó con la rendición final de Boabdil, el último monarca del último reino musulmán de la península ibérica.
miércoles, 4 de enero de 2012
¿Quien fue el conde-duque de Olivares?
El conde-duque de Olivares nace en Roma en 1587 y muere en Toro, Zamora, en 1645. Valido del rey Felipe IV, inicia su carrera eclesiástica estudiando en la Universidad de Salamanca, pero pronto llega la muerte de sus hermanos lo que le convierte en heredero y acompaña a su padre en la corte de Felipe III.
Al heredar su mayorazgo se retira a Sevilla, pero regresa a la corte en 1615 como gentilhombre de cámara del príncipe, cargo con el que se gana la confianza del futuro rey. Cuando accede al trono Felipe IV en 1621, Olivares pasa a controlar la situación y se convierte en una especie de ministro universal del rey. Al principio se dedica a eliminar de la corte a los miembros de las facciones de Lerma y Uceda, y a su vez situando en los puestos clave a sus propios parientes, amigos, clientes y hechuras, al tiempo que acumulaba títulos rentas y propiedades.
El programa político de Olivares está contenido en el Gran Memorial que presento al rey en 1624, en el que consideraba que la autoridad del monarca se estaba deteriorando, y proponía un plan de reformas encaminadas a reforzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba. En su opinión, la eficacia de la maquinaria bélica de la monarquía, sostén de su hegemonía en Europa, dependía de la capacidad para movilizar los recursos de sus reinos, tendiendo a una administración más ejecutiva y centralizada; es lo que se llamó la Unión de Armas. Aquel proyecto de Monarquía más cohesionada y más ejecutiva no llegó a hacerse realidad, por la oposición de los poderes locales representados en las Cortes. Pero ello no hizo desistir a Olivares de su política belicista, encaminada a recuperar el dominio de los Países Bajos y la supremacía sobre Francia.
Sin nuevos recursos financieros, las guerras provocaron un endeudamiento creciente, hasta llegar a la bancarrota de 1627. La Monarquía había perdido las buenas relaciones con Inglaterra, había enfrentado con Francia, y al no prorrogar la Guerra de los Doce Años con Holanda, hubo de afrontar una guerra desastrosa contra Holanda, Inglaterra, Francia y Dinamarca, en el marco del conflicto general europeo de la Guerra de los Treinta Años 1618-1648.
En 1643 Felipe IV prescindió por fin del conde-duque, que se retiro a convalecer de sus achaques en su señorío de Loeches. Incluso entonces, los detractores del antiguo valido siguieron formulando acusaciones contra él hasta que consiguieron que el rey le desterrara más lejos, a la villa de Toro, y que fuera procesado por la Inquisición.
Monasterio de El Escorial y Felipe II
También Rey de Inglaterra por su matrimonio con María I.
Con el apogeo de los arquitectos españoles, entre los que destacan Juan de Herrera, Juanelo Turriano, Francisco de Mora o Juan Bautisto de Toledo, que tiene como resultado la aparición de un nuevo estilo, bautizad posteriormente como estilo herreriano.
Construyeron edificios religiosos y mortuorios como el Monasterio de El Escorial o la Catedral de Valladolid.
El Real Sitio de San Lorezo de El Escorial es un complejo de palacio, basílica y monasterio. Es comúnmente conocido como Monasterio de El Escorial, y fue residencia de la Familia Real Española.
Fue ideado en la segunda mitad del Siglo XVI por el Rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque también intervinieron Juan de Herrera, Juan de Mijares, Giovanni Battista Castello y Francisco de Mora.
El Monasterio de El Escorial fue promovido por Felipe II, entre otras razones, para conmemorar su victoria en la Batalla de San Quitín, el 10 de Agosto de 1557.
El edificio surge por la necesidad de crear un monasterio que asegurase el culto en torno a un panteón familiar de nueva creación, para dar cumplimiento al testamento de Carlos V. El emperador quiso enterrarse con su esposa Isabel de Portugal.
Otras razones para fundar el Monasterio de El Escorial, fueron la celebración de la primera victoria de Felipe II como rey, la veneración al mártir español San Lorenzo, o la necesidad de crear un centro unificador de la Nueva Fe que surgía del Concilio de Trento.
El Palacio de Felipe II es una de las secciones de este Monasterio de El Escorial, y esta formado por una serie de estancias decoradas con austeridad, siendo el lugar de residencia del Rey Felipe II. Está situada junto al altar mayor de la Basílica, cuenta con una ventana que le permitía al Rey seguir la misa desde la cama cuando estaba imposibilitado a causa de la gota que padecía.
martes, 3 de enero de 2012
LAS MURALLAS MEDIEVALES
lunes, 2 de enero de 2012
Información sobre la nobleza en la España del Antiguo Régimen
La división de la nobleza siguiendo el modelo castellano, situaría a la aristocracia como los altos nobles, las familias más poderosas del reino, con grandes títulos y honores, extensas tierras y estados señoriales, serían los duques (y algún marqués o conde). Les siguen los títulos, que podrían ser marqueses o condes, mismas características de los aristócratas pero con menos honores. Siguen los caballeros, que sin título todavía gozan de una desahogada situación económica, algunos pertenecientes a órdenes militares, y por ello reconocidos socialmente. Muy numerosos los hidalgos, con posibles dificultades económicas, la monarquía borbónica del siglo XVIII redujo en gran parte el número de hidalgos.
Los grandes nobles ocuparon altos puestos de gobierno y de representación del Estado. Virreinatos, embajadas, gobernaciones, capitanías generales, consejo de Estado u otros consejos de la Monarquía. Existía una relación de intereses entre los monarcas y la nobleza. Toman importancia los validos en los gobiernos de Felipe III y Felipe IV y Carlos II.
A veces la aristocracia ejercía su poder por encima de la capacidad de acción de la burocracia real, el poder político se fundamentaba también en las obligaciones implicadas por el parentesco, la amistad y el patronazgo.