La agricultura es el principal sector de la economía de la Edad Moderna. Incluso en el siglo XVIII se seguía viviendo en un alto porcentaje de la agricultura. La tasa agrícola en países desarrollados no bajaba del 70%, mientras que en zonas agrarias no bajaba del 80 o el 90%. Los demás sectores dependían de ella para funcionar, ya fuera la industria textil por ejemplo o el comercio como los cereales. Para el Estado era importante también por el motivo de que buena parte de los tributos dependían de ella directa o indirectamente. Así mismo, la Iglesia encontraba en ella una importante fuente de beneficios a través de cargas como el diezmo. La gran mayoría de la población vivía de ella, ya fuera trabajando en las tierras como campesinos o conformando las propiedades de la aristocracia.
El cereal era el producto más cultivado. Era el ingrediente principal del pan y también porque los productos cultivados bajo tierra estaban mal visto, como por ejemplo la patata. La polarización de la actividad agraria en torno al cereal hizo que se retratase la utilización de otros productos.
Es agricultura extensiva, lo que requiere mucha cantidad de tierra pero poca mano de obra. cultivado. Era el ingrediente principal del pan y también porque los productos cultivados bajo tierra estaban mal vistos (la patata, por ejemplo). La polarización de la actividad agraria en torno al cereal hizo que se retrasase la utilización de otros productos.
Mauro distingue cuatro grandes áreas de producción agrícola diferentes:
- Mediterránea
- Nórdica
- Atlántica
- Centro-oriental
El desequilibrio existe frente a la ganadería, y se va a acrecentar durante el siglo XVI, puesto que toda la tierra que se podía destinar a la ganadería va a ser utilizada para plantar cereal por el miedo a la escasez. Por el contrario, el descenso de la población en el XVII va unido a al declive de la agricultura.
Hasta el siglo XVIII los útiles habían sido los mismos que en la Edad Media, de madera y sin haber sido perfeccionados. La única innovación que se introduce en el siglo XVI va a ser el empleo de las mulas frente a los bueyes, lo que tiene positivo un menor consumo y una mayor rapidez, pero el inconveniente de que el arado es más superficial. En Europa se va a dar la “ley de rendimientos decrecientes”, que hace referencia al menor beneficio debido al agotamiento progresivo de las tierras.
Fue una época en la que se extendieron las técnicas de rotación de cultivos. La más utilizada era la bienal o de año, en la que un año la mitad de la tierra se cultivaba y la otra se dejaba en barbecho y al año siguiente era al revés.
También se utilizaba la de tres hojas o trienal, en la que en una parte se plantaba cereal, en la otra leguminosas y la otra se dejaba en barbecho.
El gran granero de Europa fue Polonia, la zona con mayor producción de cereal.
Su producto llegaba al resto del continente por la intermediación de los holandeses. También era importante la producción en Sicilia, así como en otros lugares como el norte de España, Francia o Italia, donde de manera excepcional se podían encontrar grandes rendimientos.
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